Galería Quetzalli

Trine

ELLITSGAARD

Trine Ellitsgaard

TRINE ELLITSGAARD

(Virum, Dinamarca, 1957)

Trine ha considerado Oaxaca como su hogar durante más de veinte años, dejando constancia en su obra de que México sigue buscando alguna forma de entrar en su fuerte carácter danés. El juego constante entre estas dos influencias ha resultado ser extraordinariamente fecundo.

A lo largo de su carrera, Trine ha cultivado sin cesar una visión sorprendente del arte textil, que lo mismo integra formatos tradicionales como excrecencias salvajes que conducen el tejido a territorios desconocidos. Las obras que se presentan en Tekstil muestran la amplitud del oficio meticuloso de Trine, así como la expansión de su imaginación. La variedad de formas y la incansable búsqueda de nuevas maneras de usar los materiales nos desafían a apreciar su trabajo como la expresión de una sensibilidad unificada, que vive con contradicciones, curiosidad y gracia. Hay cualidades que nunca faltan durante los encuentros con la obra de Trine: una elegancia, un exquisito sentido del equilibrio y una sutil armonía de color y diseño. Algunas veces, de una forma que ella ha asimilado, como la falda lanuda que portan las chamulas de Chiapas, Trine ha unido dos franjas de lana con un sugestivo rayo de hilo reflectivo. A veces también nos puede sorprender la belleza, como ocurre con los paneles de mica y capullos de seda en Templo de oro, elementos que transforman un tapiz opaco en una cascada de luz.


Aun así, esta sobria elegancia difícilmente agota todas las cualidades que ofrece Trine. En tan solo un parpadeo, se suelta para satisfacer su agudo sentido del humor por medio de exploraciones experimentales, tridimensionales o cómicas. Por ejemplo, al crear retratos de su familia, en los que borda la línea en la que nace el cabello. A primera vista, Trine tranquiliza, y después nos sacude y nos deleita.

Trine está comprometida con este acto de restitución y quizá en ninguna otra manifestación es tan evidente este impulso como en su trabajo con el henequén. La tradición centenaria del uso de esta especie de planta está ahora en peligro de perderse por completo. Para mantener vivo este arte, Trine buscó a uno de los últimos maestros que aún hila a mano las fibras de esa planta. Al mezclar el henequén con papel, palma y nailon, sugiere nuevas formas para imaginar este hermoso material. Cuando se le pregunta la razón por la cual ha elegido experimentar con el henequén hasta este extremo, Trine responde en su estilo pragmático: «porque es mexicano». Sin embargo, en las meditaciones magistrales y frescas que ha creado al usar ese material mexicano tradicional contemplamos un recuerdo completamente distinto: la memoria de su tierra